El día 13 de noviembre, en el marco de la conmemoración del IV Centenario de la presencia de los agustinos recoletos en Granada, tuvo lugar una conferencia en el Colegio Santo Tomás de Villanueva, en la que el profesor D. Juan Rodríguez Titos expuso los orígenes, desarrollo, actualidad y perspectivas de futuro del Colegio Ntra. Sra. de la Consolación. Al acto, en el que participaron también Fr. Alfredo Arce y el P. Antonio Carrón de la Torre, acudieron numerosos padres, profesores, antiguos alumnos, religiosas Misioneras Agustinas Recoletas y religiosos Agustinos Recoletos.

 

INTRODUCCIÓN

Participar en la conmemoración de los 400 años de presencia de los Agustinos Recoletos en Granada, es para nosotros, la comunidad educativa del Colegio Ntra. Sra. de la Consolación y las Misioneras Agustinas Recoletas, una oportunidad importante; en primer lugar, para poder expresar la alegría que nos produce tan destacada efemérides; y, por otra parte, para dar a conocer, con la más absoluta modestia, la labor que nuestro centro viene realizando en el barrio granadino de la Chana.

Somos parte de la familia agustiniana. Lo llevamos a gala. Y, con San Agustín, tratamos de llevar a efecto aquello de “Conócete, acéptate, supérate”.

Tengo 15 minutos para exponer la trayectoria de nuestro centro. Tarea imposible, porque 52 años de existencia de un colegio dan para una enciclopedia. Así, tendremos que conformarnos con la síntesis de la síntesis del colegio Ntra. Sra. de la Consolación, que podría ser como sigue.

Efectivamente, en febrero de este año, 2014, se cumplieron 52 años de existencia de nuestro colegio, dato relevante por sí solo, pues da prueba, entre otras cosas, del tesón y la profesionalidad con que han trabajado y trabajan las Misioneras Agustinas Recoletas y todo el personal adscrito al Centro. Si a eso se añaden las múltiples dificultades de índole meramente económica –por citar sólo cuestiones objetivas– que la entidad titular ha debido asumir, dentro de sus modestas posibilidades, para afrontar los gastos de construcción inicial y de las sucesivas remodelaciones para adecuarse a las necesidades de la demanda y a las obligaciones legales; y añadimos, lo fundamental, el número, ya ciertamente elevado, de personas con nombres y apellidos que han pasado por nuestras aulas y que han vivido el espíritu agustiniano, se puede atisbar parte de la labor desarrollada en este centro educativo.

No se puede olvidar –y hay que decirlo cuanto antes– que la intención de quienes promovieron la fundación de nuestro Colegio, así como de quienes la aprobaron y la llevaron a cabo, fue estar en un lugar con necesidades sociales y educativas. Así, estar en Granada y estar en la Chana no es nada casual. No cabe duda de que todas las posibles motivaciones que estuvieron en la base de la fundación se pueden concretar en dos: por una parte, el espíritu misionero de la congregación de las Misioneras Agustinas Recoletas, un espíritu ávido de trabajo en la formación humana y religiosa de los niños y niñas, especialmente los más necesitados; y por otra, el hecho de que dos de las tres cofundadoras de dicha congregación eran granadinas, Madre Carmela Ruiz y Madre Ángeles García.

 

FUNDACIÓN Y PRIMEROS PASOS DEL COLEGIO “LA CONSOLACIÓN”

La iniciativa de abrir un colegio en Granada parte de Madre Carmela Ruiz, quien, en 1961, siendo Superiora de la residencia para jóvenes universitarias “Ntra. Sra. de la Consolación” (en calle Águila, Granada), expuso a las hermanas de su comunidad la necesidad de centros escolares que observaba en los barrios que se estaban creando en la periferia de la ciudad, habitados por gentes humildes, con lo cual la cofundadora de las Misioneras Agustinas Recoletas demostraba, una vez más, su determinación de “servicio a la Iglesia en sus miembros necesitados” –palabras textuales de ella–, su personalidad emprendedora y una clara visión de futuro.

Los inicios fueron ciertamente modestos. Se compró un local en el bajo del bloque 41 de la Barriada de las Angustias (actualmente, localizado en el Pasaje de Gor) y, con entusiasmo, se fue adecuando para acoger en él un parvulario, que fue inaugurado, sin alumnos y sin nombre oficial, el 11 de febrero de 1962, y el día 15 fue el primero con alumnos. El “Jardín de Infancia de la Chana”, como le llamaban para entenderse, o “La escuelita”, dice M. Carmela, que, por pequeña, parecía de juguete, pero, en palabras de la fundadora, “estaba llamada a ser el comienzo de un gran futuro”. Ese era su anhelo, y el de todas las religiosas de la congregación, porque tenían claro su ideal y estaban claras las necesidades.

La opción del tipo de alumnado al que la Congregación quería atender estuvo clara desde el principio. Por eso estaban estas monjas en un barrio obrero. Pero hubo algo en lo que sí tuvieron que reconsiderar su idea inicial las religiosas agustinas: pensaban abrir un colegio “para niñas”, y para tal fin concedió la licencia el Arzobispo, pero realmente, a la hora de la verdad, tuvieron que admitir a niñas y niños, porque la demanda era clamorosa, tanto para unas como para otros.

El colegio-parvulario se llenó inmediatamente de niñas y niños, de forma que ya en su segundo año acogía entre 70 y 80, y la demanda iba en aumento. Así, el pequeño local era insuficiente y todas las hermanas veían la necesidad de buscar una solución al problema, lo más rápidamente posible. Pronto, M. Carmela planteó a necesidad de construir un colegio nuevo, suficiente para la amplia demanda, que era evidente. La respuesta fue inmediata, en sentido positivo, de forma que en octubre de 1963 se trasladaron a Granada M. Angustias Sánchez, Vicaria General, acompañada de Sor Mª Carmen Pérez Cañizares, con la misión de comprar el terreno para el futuro colegio.

El proyecto era levantar un centro educativo de nueva planta, con capacidad para más de quinientos alumnos. Atendiendo el criterio de las hermanas de la comunidad de la calle Águila, se decidió que dicho colegio debía estar en la Chana, lugar en el que ya estaban establecidas las religiosas agustinas recoletas y en el que no habría problema para encontrar el terreno preciso, pues era un barrio que se estaba haciendo y había mucho espacio disponible. Así, a finales de agosto se decidieron por comprar, a unos trescientos metros al norte de donde estaba el parvulario, un terreno de 5.153 m2, tras las dudas –económicas, evidentemente– por parte del Generalato de la Congregación, el 29 de octubre de 1963 el Consejo General, en reunión oficial presidida por la M. Mª Angustias Sánchez, acordó llevar a cabo la construcción del Colegio de Granada. Ya no había obstáculo alguno para que la finca plantada de ciruelos, que se había comprado a D. Emilio Entrala dos meses antes, pasara a ser el emplazamiento del Colegio Ntra. Sra. de la Consolación.

Provisionalmente, mientras se llevaba a cabo la construcción del nuevo colegio, las religiosas agustinas habilitaron una escuela transitoria con capacidad para unos 200 alumnos en los bajos del bloque nº 12 de la calle García y García de Castro, que estaba en construcción. Un apaño provisional, evidentemente, que duró cuatro largos cursos.

Las obras del nuevo colegio se demoraban sin causa aparente, y la demanda de puestos escolares crecía por momentos… En esas circunstancias, sin que estuviera terminada la obra, se decidió hacer el traslado de la Comunidad y abrir el Centro. El Colegio Ntra. Sra. de la Consolación echó a andar, en esas anómalas circunstancias, pero con la debida licencia del Sr. Arzobispo Coadjutor de Granada, Mons. Emilio Benavent Escuín, el 9 de octubre de 1967, lunes, en la calle Arzobispo Guerrero, en la Chana.

El alumnado estaba compuesto por 344 niñas (algunas de ellas en régimen de internado), distribuidas en dos salas de párvulos y ocho aulas de Primera Enseñanza (de 1º a 4º). Había clases de lunes a viernes por las mañanas y por las tardes, y los sábados por la mañana. Para la función de Directora Pedagógica fue designada, provisionalmente, Sor Concepción Pertíñez Fernández.

 

TRAYECTORIA DEL COLEGIO

A partir de ahí, los avatares del Colegio Ntra. Sra. de la Consolación han ido parejos a la evolución de la sociedad española, sin olvidar el incomprensible zarandeo a que se ha visto expuesta la labor formativa en España por las sucesivas leyes educativas.

En el curso 1969-70, nuestro centro volvió a ser mixto, y ya para siempre. Fue una decisión de Sor Begoña Noguerol, la Directora, con la que estuvieron de acuerdo toda la comunidad de religiosas y, por supuesto, la Curia General de las MAR. Era una decisión valiente, teniendo en cuenta que el resto de centros religiosos de Granada sólo admitían niñas o niños, pero no había ninguno mixto; de todas formas, las monjas agustinas ya tenían experiencia de clases mixtas, porque tanto en el parvulario inicial del bloque 41 como en la escuela provisional de García de Castro, recordemos, hubo niñas y niños. Y también fue pionero nuestro centro en la creación de la Asociación de Padres de Alumnos, pues se creó en junio de 1972, y era la segunda de Granada.

Las sucesivas leyes de educación se han vivido en nuestro centro con la inquietud de la novedad, en principio, y, luego, con la dedicación y profesionalidad de siempre. No os voy a enumerar aquí, por no ser cuestión demasiado agradable, el rosario de leyes que en este periodo hemos tenido en el ámbito educativo. Pero sí decir que en 1990 el Partido Socialista puso en marcha la famosa LOGSE, con la ampliación de la escolaridad obligatoria hasta los 16 años y la creación de la Educación Secundaria Obligatoria.

Porque esa ley obligó a acometer una renovación profunda en todo el centro con la consiguiente ampliación del edificio. La implantación de dicha ley se inició en el curso 1992-93 y se culminó en 1999-2000. En este punto cabe mencionar que ya para entonces estaba funcionando en nuestro centro, entre otras novedades, una Semana Cultural plagada de actividades, y una exitosa Feria del libro. Y comenzaron a llegar los ordenadores para montar la sala de informática…. Había entonces 32 profesores y 655 alumnos.

El vaivén político trajo luego otras leyes…Bajo uno u otro signo político, nuestro centro seguía su marcha con el mismo entusiasmo y la misma profesionalidad de siempre; con la entrega absoluta de todo el personal a nuestro alumnado. Cabe mencionar, en esta apretada síntesis, el inicio de nuestra Fiesta Solidaria (por iniciativa de la hermana Genoveva Bueno), el 28 de mayo de 2004, y que sigue hoy, más viva que nunca, con un éxito incomparable. En el curso 2005-06, entró en funcionamiento en el Colegio el Aula de Apoyo a la Integración y comenzó su trabajo la logopeda del centro, dos nuevos servicios que vinieron a fortalecer en el Colegio Ntra. Sra. de la Consolación la atención a la diversidad, que ya se venía trabajando. Y, “para andar con los tiempos”, que se dice, en el curso 2008-2009, tras un periodo record de preparación, nuestro centro consiguió el Certificado de Calidad por funcionar con un Sistema de Gestión de Calidad, reconocido por una empresa externa. En ese mismo curso, alumnos y profesores comenzamos a manejar nuestra propia agenda escolar, con diseño y contenidos exclusivos.

Y así llegamos a 2012, año en el que el Colegio Ntra. Sra. de la Consolación celebró, con gran gozo (y no pocos actos culturales), el Cincuentenario de su andadura, porque 50 años educando en la Chana son motivo más que suficiente como para hacer memoria y para alegrarse. Tuvimos, incluso, la alegría del reconocimiento oficial, pues el Ayuntamiento de Granada concedió a nuestro Colegio la Granada de Plata, que es una distinción que honra a toda la comunidad educativa del centro de ayer y de hoy.

Hoy, cuando contamos ya 52 años de existencia del Colegio, que hablan no solo de una trayectoria larga de labor educativa, sino, sobre todo, de una constante dedicación vocacional al servicio de nuestro alumnado, seguimos en la brecha, dispuestos y decididos a trabajar en la defensa de nuestro Colegio y de los ideales agustinianos.

Hoy, más impregnados ya de nuevas tecnologías que de tiza, y al hilo de las nuevas tendencias educativas, nos movemos en una serie de proyectos para dar cumplida respuesta a las necesidades de nuestros alumnos y alumnas: proyecto bilingüe, proyecto de pastoral, atención a la diversidad, plan lector y escritor, plan de igualdad y coeducación, proyecto científico…

Trabajamos, dentro de nuestras limitaciones, con el mayor ahínco y con la más grande ilusión, para imbuirles el lema de este Centro: “Pureza, Amor y Ciencia”. Pureza para andar por la vida con el alma limpia de maldades. Amor, para que lo derramen a manos llenas en todo cuanto hagan y para darlo a los demás. Y Ciencia, a base de una, creemos, buena formación académica para que puedan afrontar los retos que el futuro les va a plantear.

En fin, termino con el lema que nos mueve hoy por hoy, que es el mismo de siempre: “Misión compartida, amor para el mundo”. Y en ello estamos, que no es poco, de cara al futuro, porque, como dice el adagio, “el futuro del mundo pende del aliento de los niños que van a la escuela”.

 

Muchas gracias.