Miércoles 15 de mayo. 6:30 de la mañana. Es temprano, pero delante de las puertas de la biblioteca hay bullicio. Padres y alumnos, nerviosos, aguardan la llegada del autobús en el que iniciaremos esta aventura. Un año más, los alumnos y alumnas de 2º de ESO están preparados. El viaje de estudios a Madrid comienza ya.

Creo que no me equivoco al afirmar que los chicos y chicas llevan esperando este momento desde que entraron en 1º de ESO. Bueno, pues todo llega, y aquí estamos. Las tutoras, Trini y Celeste, y Genoveva, la directora, intentando poner calma en este pequeño caos de besos, abrazos y despedidas entre padres e hijos.

Subimos al autobús e iniciamos nuestro viaje. Todo transcurre con normalidad. De fondo se escuchan risas, canciones y comentarios espontáneos propios de quienes hacen de la ilusión su bandera.

Llegamos a Madrid al mediodía. El tiempo es espléndido. Lo primero que hacemos es una visita panorámica por la ciudad, que nuestra estupenda y simpática guía Ana Belén ameniza con comentarios y explicaciones curiosísimos.

El autobús nos conduce al hotel y tras repartir las habitaciones, almorzar y descansar un poco, nos dirigimos a nuestro primer gran encuentro: el estadio del Santiago Bernabéu. ¡Los chicos están alucinando! Se sientan en sus gradas, en el banquillo de los jugadores, visitan los vestuarios y hasta se sienten estrellas del Real Madrid cuando entran en la cabina de simulación virtual del autobús de este equipo o al sentarse en la sala de prensa. Cuando la visita finaliza, una rica merienda nos espera en un parque cercano al teatro donde en pocos minutos podremos disfrutar del musical del Rey león.

El musical comienza a las 20:30 y es un auténtico espectáculo. Nos ha encantado.

Estamos ya muy cansados, pero aún nos quedan ganas para cenar frente al teatro, en la Gran Vía, unos magníficos huevos fritos con patatas y jamón.

Volvemos paseando al hotel y en pocos minutos, duchados y relajados nos vamos a descansar. Mañana nos espera un largo día cargado de actividades.

Jueves 16 de mayo. No hemos dormido mucho, la verdad sea dicha. Estábamos algo nerviosos, pero no nos ha importado. La ilusión es tan grande que apenas notamos el cansancio.

Comenzamos el día dando un precioso paseo por el Madrid de los Austrias en Segway. Es una experiencia increíble. Nos hubiera gustado estar mucho más rato. Paseamos por el barrio de las Letras y vimos las casas de Cervantes, Quevedo, Góngora y Lope de Vega. Sin entretenernos demasiado, y después de comer en el restaurante Topolino, realizamos algunas compras por la Gran Vía y posteriormente nos dirigimos al Museo del Prado. Bien podría haber sido la gymkana del Prado. Todos querían buscar su cuadro que habían preparado en clase de Plástica para poder comentarlo a las seños y al resto de compañeros. Las explicaciones fueron muy acertadas y hasta en algún momento algunos visitantes se paraban a escucharlas.

Tras esta visita, paseando, llegamos hasta el Parque del Retiro. Descansamos un rato, hicimos mil fotografías y regresamos de nuevo al hotel. Después de cenar y tomar un refresco en las habitaciones, agotados por el ritmo de todo el día, nos acostamos.

Viernes 17 de mayo. ¡El gran día que todos estaban esperando ha llegado! Hacemos maletas, desayunamos y rápidos y eficientes nos volvemos a montar en el autobús rumbo a la Warner. Este es el momento estrella del viaje. Las caras de felicidad e ilusión de todos ellos al entrar en el parque no tienen precio. El día fue absolutamente intenso y agotador, pero increíble. Creo que no se dejaron ni una sola atracción sin probar. No importó el mal tiempo, disfrutaron de lo lindo.

Y ahora sí. El viaje toca a su fin. Estamos cansados, con sueño y nos duelen hasta las pestañas, pero estamos muy felices. Ha sido una experiencia magnífica. El grupo de alumnos no ha podido tener un comportamiento más ejemplar. Las tutoras estamos muy satisfechas y orgullosas de haberlos acompañado en esta aventura. Enhorabuena a todos ellos y especialmente a sus padres. Son unos chicos fantásticos.

Esperamos que ellos lo hayan disfrutado tanto como nosotras y que no lo olviden nunca. Es un recuerdo que merece la pena ser guardado para siempre.

                                                                       Trinidad Pascual -Tutora de 2º ESO-B