El día 29 de Abril, viernes, se celebró en nuestro colegio el día de San Agustín. Él es un icono representativo para todos nosotros. Por ello los organizadores de este evento nos propusieron participar haciendo un baile sobre el deporte que llevamos practicando desde hace años aquí en el cole, la Gimnasia Rítmica.

Rápidamente todas aceptamos porque sabíamos que de alguna manera íbamos a ser una parte importante de esa celebración, y que de una forma u otra se nos iba a quedar un buen sabor de boca. Lo más importante era demostrar todo el esfuerzo, dedicación y ganas de aprender que durante todos estos años nos han estado enseñando, en concreto nuestra entrenadora y amiga, Gloria, que nos ha estado apoyando en todo nuestro proceso y nos ha brindado las mejores oportunidades. Gracias seño, tú eres la persona que nos ha hecho llegar hasta aquí y te estaremos eternamente agradecidas. Es por eso que ha sido un placer hacerlo delante de todos, siendo una gran experiencia para nosotras, después de 13 años, mostrar todo lo mejor del grupo, y poder así dejar una pequeña huella que nunca se olvidará.

También nos gustaría recalcar que una parte fundamental, mientras estábamos en medio de todos, temblando, nerviosas y con ganas de que todo pasase rápido, fue ver las caras de felicidad e ilusión con las que nos miraban los más pequeños que en un momento pudimos ser cualquiera de nosotras, unas caras que nos ayudaron a seguir adelante y a que todo saliera bien; unas caras que nos enseñaron que el esfuerzo sí servía para algo, unas caras que no olvidaremos jamás.

No podemos dejar pasar nuestro grito de guerra, ese que siempre cantamos antes de competir, cuando estamos preparadas frente a un público y sobre un tapiz que durante un par de minutos va a ser el único momento donde podemos mostrar todo lo que somos capaces de hacer. Dicho grito que algunas alumnas antes de empezar pronunciaron a todo pulmón “¡CONSOLACIÓN!”  y eso fue lo que realmente nos hizo plantarnos ahí, con la cabeza bien alta y disfrutar haciendo lo que mejor se nos da sacando nuestras mejores sonrisas para la gente durante el baile.

Por todo esto y mucho más damos las más sinceras GRACIAS a todo el personal docente de la Consolación, a nuestras monjas que nos ayudan cada día y nos transmiten unos valores que llevaremos siempre en el corazón, a las personas que nos dieron la oportunidad de poder participar en un día tan importante para el colegio como el de San Agustín y también a nuestros compañeros de clase que no dudaron en participar junto con nosotras, mil gracias a todos, juntos formamos una gran familia.

Carmen Victoria, Marta Moreno, Rosario Cobos, Andrea Hurtado y Ana García.