El día 20 de abril los alumnos de 5º y 6º de Educación Primaria acudieron al Concierto Didáctico «Una flauta muy mágica», basado en la obra «La flauta mágica» de W.A. Mozart y organizado por la Orquesta Ciudad de Granada.

El Concierto

Alumnos de 5º sentados antes del concierto en el Auditorio Manuel de FallaLlegamos al Auditorio Manuel de Falla con tiempo el tiempo justo para que los acomodadores nos acompañaran a la platea. Mientras el resto de colegios se sentaban, los alumnos se entretuvieron curioseando la organización del escenario y del auditorio en general: la forma de las sillas de los músicos, la ubicación de los palcos, sus funciones, la cabina de los técnicos de iluminación y sonido…

Un poco más tarde, las luces parpadearon y el mismo Wolfgang Amadeus Mozart apareció en el pasillo del patio de butacas. Él mismo nos presentó a los cantantes/personajes, así como a los miembros de la orquesta. Explicó que se iba a representar una de sus obras, una ópera: «La flauta mágica». En ese momento, se apagaron las luces del público y, mientras la orquesta tocaba la obertura, los cantantes fueron maquillados y, frente al público, se colocaron el vestuario.

Una vez acabó la obertura se inició la historia. Mozart hizo las veces de narrador y de Sarastro, al tiempo que una de las damas se convertía a ratos en la Reina de la noche. Tras un accidentado viaje, finalmente Pamina y Pamino lograban sobrevivir unidos, la Reina de la noche no lograba impedir la felicidad de su hija. Papageno, interpretado con gran maestría de un modo muy cercano al público, lograba encontrar a su Papagena huyendo de la soledad que le había acompañado durante toda la representación.

El Carmen de los Mártires

Tras el concierto la larga hilera de alumnos encabezada por la seño Geno se dirigió al Carmen de los Mártires. Allí todos almorzaron y, a continuación, recorrieron el palacio y sus jardines. El olor del azahar inundaba el ambiente. Los colores de las flores, los saltos y pavoneos de los pavos reales, los juegos de los patos, las vistas de Granada a los pies… todo alegraba la vista.

Los alumnos se dispersaron, escudriñando el paraje y descubriendo pequeños detalles: el palacio, el lago, el torreón, el acueducto, la cueva, los caminos entre la vegetación primaveral… Después de algo más de una hora, todos se reunieron de nuevo en el palacete y se inició el camino de regreso hacia el colegio.